Cuarta semana: del 24 de febrero al 28 de febrero.
Lunes de Carnaval.
"Si el lunes al cole quieres entrar, tu cabeza debes adornar."
¡Así damos comienzo a la semana de Carnaval! El viernes pasado, se colocó un cartel en el colegio con una frase muy llamativa que indicaba cómo debíamos venir cada día. Me ha parecido una idea genial, ya que permite extender la celebración más allá de un solo día, dándole un mayor protagonismo a esta festividad. Aunque no se realicen actividades específicas, asistir al centro con una temática cambia la actitud con la que los niños y niñas vienen al colegio, sumergiéndolos de lleno en el ambiente carnavalesco.
Algunos alumnos-as han sido realmente originales con sus adornos. Un niño, por ejemplo, se pegó coches en miniatura en el pelo, lo que me pareció muy creativo. En mi caso, llevé una diadema con ojos, mientras que mi tutora optó por un lazo gigante. Me ha sorprendido positivamente la participación de los más pequeños, aunque esperaba un ambiente más animado en general. Sin embargo, he notado que muy pocos docentes se han involucrado, al menos lo que he podido observar en los momentos en los que he coincidido con ellos en los pasillos o en el recreo. También me ha llamado la atención la escasa participación de los cursos superiores. Parece que, a medida que crecen, sienten que disfrazarse es cosa de niños, cuando en realidad todavía lo son. Recuerdo que a su edad vivía estas celebraciones con mucha ilusión, incluso en Halloween me disfrazaba de bruja sin dudarlo.
Por otro lado, se envió una circular a las familias para invitar a los niños y niñas a participar en el Día de la Poesía. La actividad consistía en grabar a los alumnos-as recitando estrofas de un poema, en colaboración con el Ayuntamiento, que posteriormente difundiría los vídeos. Una madre mostró cierta negatividad, ya que no le gustaba la idea de que su hija apareciera en redes sociales. Sin embargo, finalmente accedió porque la niña estaba muy ilusionada con la actividad.
Hemos terminado nuestro disfraz para el viernes y los niños y niñas han comenzado a pintar y pegar las escamas de la sardina para el Entierro de la Sardina, que se celebrará el miércoles de la semana siguiente. Sin duda alguna la semana ha comenzado con mucho trabajo.
Martes de Carnaval.
"Vístete elegante con una pajarita, corbata o colgante."
Así dimos inicio al martes de Carnaval. El día anterior, escuché a una niña de mi clase dar por hecho que las niñas llevarían collares. En ese momento le expliqué que también podían optar por llevar pajarita o corbata si así lo deseaban. Yo ya tenía decidido que llevaría una corbata, pero aquel comentario me reafirmó aún más en mi elección. Mi tutora y yo coincidimos en el color: ella llevó una pajarita naranja y yo una corbata del mismo tono. A pesar de la explicación, la mayoría de las niñas llevaron collares, no solo en mi aula, sino en todo el colegio. Esto me hizo reflexionar. Más tarde, hablando con mi tutora, pensamos que el próximo año podría eliminarse la opción del colgante para evitar que los niños y niñas lo asocien automáticamente con un collar para ellas y una corbata o pajarita para ellos. La intención de la consigna era que llevaran algún complemento colgante, como un collar hawaiano, pero el mensaje no se interpretó de esa manera.
Este día también impartí una clase de matemáticas, explicando las sumas con llevadas de tres cifras. Me pongo un poco nerviosa porque me da miedo no explicarlo bien. Me doy cuenta de que tengo muy poca experiencia y, al ver a otros docentes hacerlo con tanta facilidad, a veces me frustro. Me preocupa que los niños-as me comparen y piensen que lo hago mal... Sin embargo, hay momentos que me hacen sentir más segura. Algunos alumnos-as se alegran cuando saben que seré yo quien les explique la materia. El otro día, una niña me dijo que, aunque esté de prácticas, para ella ya soy una profesora más. Ese comentario me llenó de motivación y me recordó por qué elegí esta profesión.
Miércoles de Carnaval.
"Será una chulada si traes la cara pintada."
Hoy he ido al colegio con muchas ganas; me encanta la idea de pintarnos la cara. Mi tutora y yo participamos activamente: yo la maquillé con un diseño de mariposa, mientras que los niños me pintaron nubes y arcoíris. Me ha sorprendido la creatividad de algunos maquillajes, pero también me ha decepcionado la baja participación, tanto del profesorado como del alumnado de los cursos superiores. No entiendo el sentido de organizar una semana de Carnaval si la mayoría no se involucra. Al principio estaba muy motivada, pero hoy me he llevado una gran decepción. Si ya es difícil que los niños participen por las normas sociales que muchas veces los limitan, la falta de implicación del profesorado solo refuerza esta actitud. Si los adultos no se suman, ¿cómo esperamos que los niños lo hagan?
Hoy grabamos a la mitad de la clase recitando las estrofas del poema. Mientras mi tutora hacía esto, yo me quedé con la otra mitad realizando actividades de lengua, ya que la profesora de apoyo acompañó a mi tutora en la grabación.
Jueves de Carnaval.
"Calcetines distintos llevarás y a todos se los enseñarás."
Así dimos comienzo al penúltimo día de Carnaval. Me hizo mucha gracia ver algunos calcetines que llevaban los docentes, largos y con temáticas muy divertidas. La participación entre el profesorado fue un poco mayor que en días anteriores, aunque seguía sin ser significativa. En el alumnado, la respuesta fue similar a la de los otros días. En mi caso, llevé un calcetín amarillo y otro azul, pero sin duda, mis días favoritos fueron los de la diadema y el pintacaras. Hoy también seguimos con las grabaciones del poema. Como no había profesora de apoyo, ayudé a mi tutora en la grabación, lo que supuso una experiencia nueva para mí.
La jornada del jueves me dejó pensando en la importancia de la implicación de todos en actividades que buscan fomentar la creatividad y la integración. La baja participación, tanto por parte del profesorado como del alumnado, refleja un desinterés que podría tener consecuencias a largo plazo, ya que son estas experiencias las que ayudan a construir un ambiente escolar más inclusivo y dinámico. Además, me hizo reflexionar sobre el valor de involucrarse en actividades fuera de la enseñanza directa, ya que también forman parte del aprendizaje y del desarrollo de habilidades docentes. Espero que, con el tiempo, se fomente más la participación y se reconozca el valor de estas actividades en el desarrollo integral de los niños y niñas.
Viernes de Carnaval.
"Felicidad, diversión, cariño y muchas emociones más este día te harán disfrutar. Luce tu disfraz de carnaval que con tu emoticono quedará sensacional."
Así finalizamos la semana de Carnaval. Como se indicó a los padres, todo el colegio iríamos disfrazados de emoticonos, cada curso un diseño diferente. A 2º de Primaria nos tocó el emoticono que llora de la risa, símbolo de alegría. Para ello, todos debíamos vestir completamente de negro, y me sorprendió que, a excepción de una niña, todo el colegio cumplió con la consigna. También me llamó la atención que solo un niño no trajera su disfraz, lo que llevó a las coordinadoras y al equipo directivo a improvisar uno apresuradamente. Las dos primeras horas de clase realizamos una pequeña actividad, ya que el alumnado estaba muy emocionado por el desfile. Se adelantó el recreo de 11:30 a 12:00 para que a las 12:30 todas las clases estuvieran listas en el patio. En clase, pintamos a los niños y niñas con dos lágrimas en la cara y ayudamos a quienes lo necesitaran a vestirse. Mi tutora y yo también nos pintamos.
Después salimos al patio y cada curso desfiló para mostrar sus disfraces. Más tarde, nos dirigimos al exterior del colegio, donde una multitud de familias esperaba a sus hijos e hijas. Me sorprendió la actitud de algunos padres, ya que, aunque algunos respetaban el desfile, otros se metían entre las filas para hacer fotos, incluso obligándonos a esquivarlos. Algunos también sacaban a los niños del desfile sin darse cuenta del problema que esto suponía para el docente encargado, quien debía vigilar al resto del grupo. Tras recorrer las calles, volvimos al colegio, donde esperamos a que todos estuvieran dentro antes de regresar a clase. Ayudamos a los niños a quitarse los disfraces y les permitimos ir al baño antes de salir al patio a disfrutar del tiempo que quedaba, ya que estaban muy alterados para permanecer en el aula.
He querido esperar hasta el final de la semana para hablar sobre un caso que me ha generado mucha reflexión. Un niño de mi clase no ha participado en ninguna actividad de Carnaval porque su madre no lo permite. No ha traído complementos, no se ha pintado la cara ni ha llevado disfraz. Creemos que la decisión está relacionada con motivos religiosos, aunque no lo sabemos con certeza. Me ha dado mucha lástima, porque mientras el resto del alumnado se divertía, él quedaba al margen. Creo firmemente que quería participar, pero no podía. Situaciones similares han ocurrido con otros niños-as del centro, también de religión musulmana, que no han vestido las consignas de cada día ni han participado en el desfile. Sin embargo, otra niña de mi aula y de la misma religión sí se unió a las consignas de la semana, aunque su madre no la dejó desfilar. Por otro lado, también hubo una niña que no pudo venir porque su familia no tuvo tiempo de hacerle el disfraz, lo que me causó mucha pena.
Esta semana ha sido un gran aprendizaje. He sentido el cansancio y el estrés de los profesores al organizar este tipo de actividades. Desde fuera parece algo sencillo, pero en realidad requiere mucho esfuerzo y es más agotador que impartir clase. Aun así, ha sido una experiencia enriquecedora y divertida, donde he aprendido no solo sobre la organización escolar, sino también sobre la importancia de la inclusión y el respeto por las diferencias.
Carnaval con mi clase:
Sardina para el entierro de la sardina:
Cartel del carnaval:
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