Novena semana

Novena semana: del 31 de marzo al 4 de abril.

Esta semana comenzó con una nueva experiencia en 6º de Primaria, aunque en un grupo diferente. Me ha gustado mucho observar la dinámica de esta docente, ya que tiene una gran confianza con su alumnado y es muy extrovertida. La clase fue de repaso, por lo que mi principal foco de observación fue su forma de explicar. 

Además, ha sido la semana de evaluaciones. En 2º de Primaria, la evaluación tuvo lugar el martes, y tuve la suerte de que el equipo directivo me permitiera asistir. Antes de la sesión, nos reunimos con la PT, la AL y la orientadora. Ya el año pasado tuve la oportunidad de participar en una reunión similar, y una vez más, salí muy contenta. Me siento muy cómoda en estos espacios, ya que se abordan temas que me interesan mucho. Creo que mi vocación por la PT influye en este interés, y estoy convencida de que participar en estas reuniones nos aporta un aprendizaje muy valioso. Es importante aprovechar cada oportunidad para formarnos y enfrentarnos al futuro con más seguridad. 

El martes 2 de abril trabajamos en el aula el Día Mundial del Autismo. A principios de semana introdujimos el tema con una actividad en la que cada clase debía decorar una pieza de puzle y acompañarla de una frase, en nuestro caso era "Yo TEAlegro los días grises". En el aula hay una niña que tiene un hermano con TEA y está muy concienciada; le gusta hablar sobre ello y, de hecho, quiere ser maestra de educación especial. Aunque nunca se ha abordado de manera explícita si algún niño del aula tiene TEA, ellos lo saben de alguna manera, aunque ni los docentes ni los propios alumnos pueden explicar exactamente cómo. Vimos el vídeo ¿Quieres nadar conmigo? y, durante la actividad, algunos hicieron comentarios etiquetando a compañeros del aula y del centro. No supimos bien cómo gestionar la situación, así que consultamos al equipo de orientación. Nos recomendaron evitar etiquetas y explicar que todos tenemos dificultades en diferentes aspectos: algunos en unas cosas y otros en otras. Me pareció una respuesta muy acertada, y me hizo reflexionar sobre la importancia de recibir formación en la universidad para abordar estos temas con mayor seguridad y conocimiento. 

En No Religión, trabajamos una ficha sobre los conflictos en el aula y en la escuela, y cómo actuar ante ellos. Reflexionar sobre la gestión de conflictos en el entorno escolar me ha hecho darme cuenta de lo crucial que es desarrollar estrategias adecuadas para abordarlos. En muchas ocasiones, los conflictos entre el alumnado pueden parecer insignificantes, pero si no se manejan correctamente, pueden afectar negativamente al clima del aula y al bienestar emocional de los estudiantes. Creo que es esencial enseñarles herramientas para la resolución pacífica de conflictos desde edades tempranas, promoviendo el diálogo, la empatía y el respeto mutuo. Además, como docentes, debemos estar preparados para intervenir de manera adecuada, fomentando un ambiente en el que el alumnado se sienta seguro para expresar sus emociones y resolver sus diferencias de manera constructiva.

Como cada semana, asistí a 1º de primaria. Al entrar, me sorprendió ver que estaban trabajando con Scratch Junior. Me impresionó el manejo que tenían de la herramienta y fue muy interesante observar cómo se desenvolvían con ella. Después, realizaron una actividad en pequeños grupos para trabajar las trabadas (br, pr, cl, cr...). La docente usó una ruleta para seleccionar una trabada al azar, y por turnos, los alumnos lanzaban una pelota. Donde caía, debían escribir una palabra con la trabada correspondiente en una ficha, evitando repetir palabras que ya hubieran escrito sus compañeros-as. Fue una dinámica muy entretenida y efectiva. 

Al igual que la semana anterior, esta semana también hice rotaciones. Esta vez, pasé una sesión con la PT y dos alumnos de mi aula: el alumno TEA y el alumno con desconocimiento del idioma. Me encantó la experiencia. Nada más salir del aula, la PT comenzó con una actividad de orientación. Un día, descubrió que sus alumnos-as no sabían orientarse bien dentro del centro y que, además, habían olvidado los conceptos de derecha e izquierda. Para trabajar esto, ideó un sistema con dos manos de colores: roja para la derecha y verde para la izquierda. Desde que salimos del aula, cada vez que llegábamos a un lugar con dos caminos, los alumnos debían detenerse, pensar y decidir la dirección correcta, usando las manos de colores y diciendo el nombre correspondiente.

Una vez en el aula, trabajaron habilidades matemáticas. Bajaron las sillas de las mesas y contaron cuántas había bajado cada uno. Luego, la PT lo apuntó en la pizarra y les planteó preguntas para comparar cantidades: ¿Quién ha bajado más? ¿Quién ha bajado menos? ¿Cuál es el número mayor?. Así reforzaban el contenido que estamos trabajando en clase. 

Después, el alumno TEA llevó a cabo la "asamblea": colocó los pictogramas del día de la semana y lo tachó en el calendario con un rotulador. Posteriormente, la PT organizó la secuencia de tareas en la pizarra para que los alumnos pudieran visualizar qué se haría primero y qué después. Una de las actividades consistió en trabajar un contenido de lengua de manera oral, seguido de la lectura de un cuento con pictogramas en la PDI. Las escenas eran cortas y, tras cada una, la profesora preguntaba qué había ocurrido, fomentando la concentración y la comprensión. Al final, no quedó tiempo para jugar con el juego de fantasmas, que uno de los alumnos había elegido como actividad final opcional, pero lo aceptó sin problema, ya que la docente había dejado claro desde el principio que solo lo harían si el tiempo lo permitía. 

Al regresar a clase, repetimos la dinámica de orientación, esta vez dejando que el otro alumno eligiera un camino diferente al de la ida.

Estoy muy contenta con esta semana. La próxima tendré la oportunidad de acompañar a la AL, otra especialidad que me interesa muchísimo. ¡Tengo muchas ganas de vivir esa experiencia!

Mural Día Mundial del Autismo.

Ficha: Los conflictos en el aula y en la escuela.

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