Primera semana

Primera semana: del 3 de febrero al 7 de febrero.

Durante mi primera semana de prácticas, tuve la oportunidad de retomar el contacto con el centro educativo, los docentes y el alumnado. Aunque no estaba nerviosa debido a que estuve el año pasado en el centro, sí tenía cierta inquietud sobre la asignación de mi tutora. Finalmente, me asignaron a la misma profesora con la que estuve el curso pasado, lo cual me dio una gran tranquilidad y emoción, ya que conocía su metodología y al alumnado. Además, este año me ofrecieron la posibilidad de rotar por diferentes cursos para conocer distintas metodologías, algo que considero una gran oportunidad para mi formación docente.

Si bien conocía el centro y el alumnado, noté ciertos cambios en comparación con el año anterior. Hay numerosos docentes nuevos, muchos de los cuales han aprobado recientemente la oposición. También ha habido una visita del inspector al centro, lo que ha generado cierto nerviosismo entre los docentes, especialmente aquellos que debían presentar sus propuestas didácticas ante él. Asimismo, el centro ha recibido un gran número de alumnos nuevos lo que ha modificado la dinámica del aula.

Uno de los momentos más interesantes de la semana fue la realización de un reto matemático a través de un Escape Room en Genially. El alumnado resolvía sumas y restas en grupos pequeños y desbloqueaban códigos para obtener una recompensa final: una pegatina de Pikachu. Esta actividad fomentó la motivación y el trabajo en equipo, y me hizo reflexionar sobre cómo las estrategias gamificadas pueden mejorar el compromiso del alumnado con el aprendizaje.

Durante mis rotaciones entre aulas, observé diferentes estilos de enseñanza. Una experiencia enriquecedora fue la observación de una docente recién incorporada tras aprobar la oposición. Compararla con mi tutora me permitió reflexionar sobre el manejo del aula y la autoridad docente. Noté que mi tutora lograba el silencio con únicamente su presencia, mientras que la otra docente tenía dificultades para controlar el ruido. Esta diferencia me hizo pensar en cómo construir la autoridad en el aula con estrategias efectivas, que no solo dependen de la experiencia, sino también de la confianza y el dominio del grupo. Un momento muy significativo fue cuando mi tutora me dejó sola en el aula. El alumnado tenía dudas sobre un ejercicio y decidí explicarlo en la pizarra. Al principio, hubo ruido, pero logré captar su atención y que comprendieran el ejercicio. 

Me llamó mucho la atención la forma en la que el profesor enseñaba el ritmo: usaba círculos dibujados en un papel y golpes rítmicos. Me pareció una manera muy sencilla pero a la vez muy significativa. Ver los círculos y acompañarlos con los golpes ayudó a que el alumnado entendiera mejor los tiempos y el ritmo de una forma más visual y práctica. Además, me di cuenta de lo importante que es usar diferentes maneras de enseñar para llegar a todos los niños y niñas, y de que no siempre hace falta usar materiales complicados para hacer una buena clase. A veces, con ideas simples y un poco de creatividad se consiguen grandes cosas.

Estoy muy ilusionada por esta primera semana y por seguir viviendo nuevas experiencias en el aula, observando distintas metodologías y formas de enseñanza del profesorado.

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