Durante este Practicum II he aprendido muchísimo, tanto a nivel académico como personal. He podido observar y participar activamente en el día a día de un centro educativo, lo que me ha permitido comprender desde dentro la realidad escolar: la gestión del aula, la atención a la diversidad, la importancia de la coordinación docente, el valor de una buena programación y la necesidad de estar en constante adaptación. Esta experiencia me ha permitido consolidar conocimientos teóricos y entender cómo se aplican realmente en el aula.
Entre los puntos fuertes que he reconocido en mí, destacaría mi capacidad de observación, análisis y reflexión, que me han ayudado a aprender de cada experiencia vivida. También he comprobado que tengo una buena disposición para colaborar y trabajar en equipo, me adapto con facilidad a distintos entornos, y sé mantener una actitud positiva, abierta y dialogante. Me esfuerzo por ser resolutiva, por anticiparme a las necesidades del aula y por buscar siempre maneras de mejorar. Sin embargo, también he identificado puntos débiles. A veces me cuesta intervenir por miedo a interrumpir el ritmo de la docente o del grupo. Sin embargo, en comparación con el curso anterior, mi implicación ha sido mayor, adoptando una actitud proactiva, preguntando siempre si podía intervenir o si podía colaborar en determinadas tareas, lo que me ha permitido participar sin inseguridades y con mayor confianza.
En cuanto al centro, me he integrado con respeto y actitud positiva, integrándome activamente en el equipo docente y estando siempre dispuesta a colaborar. Aunque la mayor parte del tiempo me he centrado en el aula de referencia, también he aportado ideas para iniciativas generales, como la propuesta de crear audioguías para los retratos de las mujeres por el Día de la Mujer. Además, me ofrecí para colaborar durante la Semana Cultural o la preparación del Carnaval, sin embargo, el equipo consideró que debía estar con mi alumnado y disfrutar de aquellas experiencias. Aun así, sentí que mi disposición fue valorada y que formaba parte del día a día del centro. En cuanto a mi aportación a la tutoría del centro, he creado materiales y recursos originales, como el frutómetro de Alicia en el País de las Maravillas, actividades con Merge Cube, fichas para trabajar los planetas, un tablero de robótica con cinta aislante, y propuestas para el Día de la Mujer, Santa Juana y la creación de plantillas de los marcapáginas para el Día del Libro. Estas aportaciones no solo han sido materiales, sino también actitudinales: he mostrado interés, motivación y muchas ganas de aprender, lo que creo que ha contribuido positivamente al ambiente del aula. A mi tutora le he ofrecido apoyo constante, ideas creativas y un gran respeto por su labor, acompañándola activamente en el desarrollo de las sesiones.
A nivel académico, he comprendido que enseñar va mucho más allá de los contenidos curriculares: requiere una buena organización, una preparación cuidadosa, habilidades de gestión emocional, empatía y mucha flexibilidad. He aprendido el valor del trabajo en equipo y la importancia de adaptar la enseñanza a las necesidades de un alumnado diverso, así como el esfuerzo que implica lograr que todos y todas se sientan parte del aula. A nivel personal, esta experiencia me ha reafirmado en mi vocación docente. Me he sentido feliz, motivada y desafiada. Termino el Practicum con la sensación de haber crecido mucho, sabiendo que aún me queda mucho por aprender, pero también con la confianza de que voy por el buen camino.
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